sábado, 27 de junio de 2009

Concurso LAE, hala POKETTAS.....qué asco de apuesta cuando hay retirados. Cada día nos gustan menos las carreras

1ª.- 3-6
2ª.- 1-2-9
3ª.- 4-8-11-14
4ª.- 1-3-4-7
5ª.- (A) 8
5ª.- (B) 5


Trataré de hacer una síntesis de por qué me han dejado de gustar las carreras en Madrid; explicarlo significa hacer una evaluación de un proceso que dura más de cuarenta años. Mi generación creció y empezó a tener un sentido del mundo en un país en el que de pronto todo era esperanza. Se hablaba del futuro como algo lejano, pero tangible, que cuando llegara todo iba a ser mucho mejor. Cuando para mi generación ya parecía que ese futuro iba a llegar se produjo el desastre del socialismo en Europa del Este y la desaparición de la Unión Soviética, lo que trajo inmediatamente una consecuencia económica en La Zarzuela que trajo a su vez la crisis de los años 90. Precisamente por haber crecido dentro del proceso revolucionario, mi generación turfera comenzó a tratar de hacer un handicapping que tuviera una visión diferente sobre la realidad, en la cual aparecieran determinados elementos de una crítica, de una interrogación social. Eso es algo que rompía con lo que había sido el handicapping de nuestros padres de los años 70, que fue un periodo absolutamente ortodoxo en cuanto a ideología, en cuanto al credo del tablista, y que se hizo evidente en la constante captura de ballenas estilo Bárbaro. Prácticamente todos los analistas escribían de esa manera o sólo los que estaban fuera de La Zarzuela–que eran menos que ahora- tenían una posición diferente.

A partir de los 90 se rompe toda esa ilusión de futuro, esa manera de ver la realidad. Creo que es entonces que junto a la crisis económica se produce una crisis de valores, crisis de perspectiva, crisis de identidad que tiene mucho que ver con la forma que empieza a pronosticar y analizar mi generación a partir de entonces.

En los años 80 no me hubiera imaginado siquiera las cosas que luego viví en los 90. No es que no las hubiera predicho, es que no me imaginaba que las viviría en primera persona. Porque no existía el espacio, no existía la posibilidad, no existía incluso la conciencia de la cantidad de problemas que veníamos arrastrando. Con la caída del socialismo en Europa del Este, incluso un poco antes, comenzamos a tener información de lo que realmente había significado este proceso político en casi todos los países donde existió, desde la totalidad de la Unión Soviética hasta el resto de los otros países que luego se incorporaron al bloque socialista. Hubo como un redescubrimiento de un mundo del cual teníamos una visión muy limitada. Por lo tanto, una nueva visión de la realidad del tablista junto a una nueva información del mundo en el que se había insertado el turf español nos hizo ver las cosas de otra manera. Yo particularmente, sentí inmediatamente la necesidad de hacer un handicapping que tuviera que ver con este momento, primero de desasosiego y después de desencanto. Decidí especializarme en Lasarte y Mijas.

Si yo hubiera empezado a handicapear así desde finales de los 80, tal vez hubiera empezado a asomar la oreja de este desencanto, pero ese fue un período en el que estuve trabajando como periodista. Del 83 al 89 fueron 6 años que trabajé muy intensamente en el periódico Juventud Rebelde, en los cuales prácticamente no escribí nada de turf, sino trabajos de investigación histórica que me llevaban todo el tiempo. Ese universo me gustaba porque en él me podía mover con mucha libertad y lo hacía tratando de hacer un periodismo diferente, creo que en ese período lo logramos en Juventud Rebelde y en algunas revistas de turf, pero especialmente en Juventud Rebelde se logró hacer un periodismo distinto, no el que se hace hoy en día que es un periodismo hípico chato, un reflejo a veces distorsionado de la realidad. Ese mismo periodismo me impidió escribir y es por eso que no es hasta el año 90 que empiezo a escribir apasionadamente de turf.

Entonces mientras se producen los acontecimientos del derrumbe del campo socialista es cuando aparece el personaje Sarasola.

Es justamente el momento en que empieza a producirse todo este derrumbe económico y social e incluso en las personas, desde la psicología individual en relación a la realidad que habían vivido. Y ese desencanto, que tiene mucho que ver con el desencanto de los propietarios, está ligado a la pérdida del horizonte del futuro. De pronto todo aquello que esperábamos que iba a suceder nunca llegó y el futuro se convirtió en una nebulosa bastante difícil de predecir. Creo que hoy justamente uno de los problemas de la Sociedad de Fomento está en esa dificultad que tienen para poder predecir un futuro personal y colectivo.

Si la próxima semana se reunieran en una sala los representantes de los ocho países del mundo con más kilómetros de alta velocidad ferroviaria, mayor generación de energía eólica, más operaciones de trasplante de órganos, más inversión en el extranjero, más visitas de turistas y mayor producto interior bruto (PIB), nadie dudaría de que España tendría una silla reservada a su nombre en esos hipotéticos y variopintos G-8.

Por el contrario, si en la habitación contigua fueran convocados los estados líderes en desarrollo tecnológico,eficiencia educativa, aprovechamiento de internet, productividad de sus empresas y competitividad de su economía, con toda probabilidad ningún representante español recibiría la carta de invitación.Tratar de responder a la pregunta de qué lugar ocupa España en el mundo es una labor abocada al debate y la interpretación subjetiva. Las clasificaciones que continuamente chequean los niveles de desarrollo de los países, atendiendo a diferentes baremos, arrojan una imagen del país desigual y compleja. No está claro qué pintamos en el mundo.

España tiene buenas coberturas sociales, tiene un aceptable nivel de gasto sanitario, goza de un clima y una dieta alimenticia que causan envidia, sus ciudadanos disfrutan de una de las tasas más altas de longevidad y el país posee una destacada presencia en el mercado mundial de servicios. No en vano, cuando preguntan a ejecutivos europeos (gente viajada) a qué país se irían a vivir, caso de tener que mudarse, responden mayoritariamente: España.

Sin embargo, nuestro país tiene el dudoso honor de encabezar otras clasificaciones con peor fama. Disponemos del sistema laboral con más empleos precarios del planeta, brillamos con luz propia entre la élite de la piratería digital y tenemos la mayor tasa de consumo de cocaína del mundo. Por otro lado, si un marciano llegara a la Tierra con intenciones de abrir un negocio y quisiera evitar la burocracia, elegiría 45 países antes que España. Si lo que busca es librarse de la corrupción, no nos encontraría entre los 25 estados con las manos más limpias. Somos el paradigma de la Europa-sur y nuestro turf y su SFCCE al frente son otro botón de muestra. Los dirigentes de HdlZ nos cobran el box a 185€, no nos dan entradas, la pista de fibra es peor que correr entre dunas...... En Latinoamérica, esos que los españoles ven como tercermundistas dicen algo aplicable a HdlZ en toda su extensión: los españoles no tienen problemas; se los crean ellos mismos. Pues hemos cambiado a DON PABLO FONT por Roberto García, al gran Enrique Martín por el cazaballenas Capitán Acab-Bárbaro y los Lisselan, César Alonso y casi Arizko se van a la France.

La razón por la cual yo permanezco y tengo caballos en Mijas, es fundamentalmente una razón personal y al mismo tiempo cultural. Pertenezco esencialmente a esta cultura del dirt, del polytrack, a esta realidad del turf sudamericano de una manera muy visceral y por encima de cualquier tipo de valoraciones políticas o económicas. Creo que pertenezco a Mijas por mi sangre, por mi forma de ser, por mi carácter, por mi historia personal y familiar. Me cuesta mucho trabajo verme corriendo en La Zarzuela o en Lasarte, tal vez por una limitación mía, que no sé pronosticar mejor en ninguna otra parte. Además, yo he logrado algo que es un privilegio para cualquier analista de turf de cualquier parte del mundo y es que puedo vivir de mis derechos de autor. Lo puedo hacer en España, de una manera modesta, haciendo muchos cálculos domésticos. No puedo darme lujos, no puedo comer en un restaurante todos los días, pero puedo vivir de lo que escribo y éso no lo haréis muchos de vosotros en Madrid.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ostias, no sé qué te habrás tomao, chiquilla, pero quiero fumar la misma grifa que tú !!!! Menudo rollito pseudo rojillo-hípico, qué tía!!!

Picking winners early in the morning

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Sanlúcar, una y no más

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Iván López y TORROX

Iván López y TORROX
Well done, lads